El encantO de la espina

Entre más hermOsas las cosas, más nos atraen...y nos acercamOs cada vez más olvidandonos por completO de lo que se encuentra alrededor de esa belleza, y que tal vez nos pueda herir; como en las rOsas que con su magia atrapan nuestros sentidOs y nos convierten en enormes ciegOs que no observan, no razOnan...solo aman.

En realidad las espinas también son hermOsas, nos atraen sin darnos cuenta hasta llegar al punto en que olvidamos que pueden hacernos daño...Pero en realidad... ellas siempre estan ahí.
Las rosas no duelen, lo que duele y te hace dudar es lo que la acompaña, lo que viene en el todo.
Pero hay un aspecto que despeja toda duda...
La rosa tiene cierto encanto que en algun punto la hace irresistible... aunque se marchite, aunque tenga espinas.
Pero sin querer, bajamos la guardia, entramos en juego, no sabemos a donde va este camino, pero sin querer caminamos... a veces corremos, otras imaginamos... seducimos, nos seducen, tal vez demasiado, tal vez lo necesario.
No sabemos qué es, pero seguimos... hasta que la situación lo permita o hasta que haya algun tipo de freno inesperado.

Entonces, de repente, lo implícito queda profundamente explícito... dejando a la vista lo que siempre ha estado allí pero de lo cual no nos habíamos percatado...y entonces....viene el dolOr